Tanatorios

Donde se depositan los muertos, se les amortaja y se les vela esperando el momento de del entierro o la cremación.

Ya no se lleva el tener al difunto en su propia casa, los tiempos han cambiado.

Hay otros tanatorios donde se velan los recuerdos que han dejado de ser importantes en la vida; rupturas sentimentales, rupturas amistosas, rupturas de negocios, proyectos, ilusiones, metas y demás cosas que o bien fueron abortadas antes de nacer o simplemente se rompieron porque no había ni interés ni voluntad por alguna de las partes o por ninguna de ellas.

Si la ruptura es aceptada y deseada por todas las partes la estancia en ese tanatorio mental es muy corta, en caso contrario la estancia es larga, muy larga y se convierte en un laberinto del que no se sabe como salir porque en este caso uno mismo debe cargar con el muerto, amortajarle, meterle en un ataúd adecuado, rezar un responso, abrir una tumba o la puerta del horno, meter el ataúd dentro, echar tierra o apretar el botón de incineración.

Es difícil y duele, porque se quema o entierran sentimientos, los propios sentimientos.

Si el proceso no es doloroso eso puede ser debido a dos cosas, la primera como ya he dicho antes se debe a que la ruptura es algo deseado por todas las partes y la segunda es que se padezca un cuadro psicopatológico tan complejo que impida sentir nada.
Si duele y mucho eso quiere decir que se es humano y que el sentimiento de pérdida solo es comparable a la aniquilación total.

Tanatorios y laberintos son los que forman los cementerios, cementerios del hielo de la indiferencia, cementerios sin muertos, cementerios de muertos por horas por días por meses... Eternamente.