jueves, julio 17, 2008

Contactados


Algunas personas que andan por estos mundos dicen que han tenido la suerte de tener contacto con seres de otros planetas que vienen en sus vehículos espaciales para contactar con los humanos.
Estas personas a las que se les llama "contactados" suelen dar discursos llenos de buenas intenciones:

“los hermanos del cosmos, vengan de donde vengan son seres de gran bondad, y están aquí para ayudarnos elevando el nivel de conciencia y muchas cosas mas.”
Muy resumido es así casi todo lo que dicen pero adornado con palabras que pocos conocen y conceptos retorcidos de muchas maneras para que encajen en el escenario.

Sin embargo en toda la historia del fenómeno del contactismo, ningún contactado ha dado nada, absolutamente nada que mejore la calidad de vida de los demás, solo mensajes que no se diferencian en casi nada de los que supuestamente da la Virgen en sus apariciones, y es que a veces se suelen solapar las apariciones marianas y los ovnis, estos tiempos son así, se mezclan churras con merinas y todo vale.

Pero no todo vale.

A la gente, no nos vale que nos digan palabras bonitas y que nos cuenten historias maravillosas si todavía hay gente que muere esperando una cura a su enfermedad; ante el dolor las buenas palabras del cosmos, no valen nada.
Cuando den alguna cosa que sirva para algo útil y no para llenar los bolsillos de cuatro desvergonzados que se aprovechan de la buena fe y esperanza de la gente con problemas, entonces y solo entonces a lo mejor empiezo a creerme un poquito el mensaje trascendente o supuestamente divino del los contactados.
Mientras tanto solo se me ocurre pensar que la mayoría de ellos son víctimas de sus propias creencias que les hacen ver y oír algo que no existe.

domingo, julio 06, 2008

Sokushinbutsu


Arisada Hooin fue un monje japonés perteneciente a la escuela Shingón, durante su vida fue un gran devoto del Buda de la medicina, conocido en Japón como Yakushi Nyorai. En 1683 teniendo una edad de 92 años decidió que había llegado la hora de su muerte, así pues se sentó dentro de un ataúd de piedra y dijo :"Dentro de 21 días me encontraré en otro mundo".
Su momia se encuentra en el salón de Yakushi en la prefectura de Fujishima.

Uno de los aspectos mas desconocidos de los grupos budistas japoneses es el del Sokushinbutsu, o momias vivientes.
Generalmente se entiende que para que un cuerpo se momifique es imprescindible que la persona haya muerto para poder comenzar con los procedimientos de momificación, pero en el caso del Sokushinbutsu, los procedimientos de momificación comienzan en vida de aquel que por su propia voluntad ha decidido morir de esa manera.
Los preparativos, largos y dolorosos se pueden dividir en tres fases:

En la primera fase, la dieta queda restringida a semillas y frutos secos que se encuentran en la zona, esta fase dura mil días y tiene como objetivo el ir eliminando todo rastro de grasa en el cuerpo.

En la segunda fase, la dieta se restringe mucho mas y solo se puede comer la raíz de una determinada especie de pino y algunas cortezas, al mismo tiempo se debe tomar una infusión preparada con la corteza del árbol Urushi usado para preparar la laca. Esta infusión es muy tóxica y para cualquier persona que la tomara imprudentemente tendría consecuencias fatales, en el caso del candidato a momia solo produce vómitos, diarrea y un aumento de flujo de orina.
El objetivo es eliminar la mayor cantidad de líquidos del cuerpo, y debido a su poder tóxico eliminar bacterias que en el cadáver favorecen la descomposición. Esta fase también dura 1000 días y al final el monje tiene la apariencia de un esqueleto cubierto por una fina capa de piel.

En la tercera fase el monje se sienta en postura de meditación dentro de una especie de tumba de piedra con el tamaño justo para una persona, la tumba es cerrada dejando un pequeño agujero para que el aire pase.
Durante su encierro, el monje hará sonar una campana de cuando en cuando para indicar que continua vivo, cuando la campana deja de oírse se tapa herméticamente el agujero y se espera un tiempo, posiblemente otros mil días.
Cuando se abre la tumba o ataúd de piedra, si el monje se encuentra momificado se le viste con ropas ceremoniales y se le coloca en una capilla, en caso de que el proceso haya fallado por cualquier causa y el cuerpo haya entrado en fase de putrefacción, simplemente se le entierra.