domingo, septiembre 06, 2009

miércoles, enero 21, 2009

Un mundo misterioso... ¡¡¡Já!!!


Hay un mundillo que tiene muchos seguidores, el mal llamado mundo del “Misterio” y digo mal llamado porque de misterioso tiene poco si nos atenemos al significado de la palabra y a sus tradiciones.
El mundo del misterio actual poco tiene que ver con ritos religiosos o con estados de introspección espiritual; lo que ahora es llamado mundo del misterio es un mercadillo donde se venden aventuras mil veces contadas, refritos de casos enigmáticos ya aclarados, libros penosos, poca vergüenza y menos cultura.
En otros tiempos ciertas cosas se tomaban en serio, ahora son un circo, atracciones de feria que solamente sirven para llenar los bolsillos de unos cuantos y para inflar el ego de otros que al menos eso sacan.Será cosa de los tiempos que corren o simplemente ganas de figurar y de ser famoso a velocidad de vértigo.
Confundir churras con merinas y hacer comulgar a la gente con ruedas de molino no es algo extraño en nuestra sociedad, véase el mundo de la política por ejemplo. Visto el panorama ¿Por qué iban a ser menos aquellos que venden sus llamadas investigaciones como algo trascendente y serio? No tienen porqué, siguen el ejemplo de tantos y tantos que se han ganado las habichuelas vendiendo humo o juguetes que no dejan de ser simples curiosidades.
En este mundo misterioso abundan las lenguas amables y dulces que lamen con presteza culos estelares ¿de qué me extraño? ¿Acaso no se besan reliquias formadas por carne muerta y huesos mohosos para obtener el favor de las divinidades?, ¿No será más gratificante besar el culo del que te puede proporcionar diez segundos de fama en los medios?
Pero no hay que confundirse, este mundo tiene también una serie de reglas y pobre de aquel que se atreva a romperlas.
Una de las reglas de hierro en este mundillo es la de no atacar a aquellos que pueden proporcionar algo que se desea por mucho asco que den, ni sacar trapos sucios de todo aquel que pueda ser usado como fuente de beneficios. ¿Qué importa la verdad? Pues nada, ni lo más mínimo, en este asunto la verdad es lo de menos. Lo que importa es no ofender al posible invitado al programa de radio o de Tv y que casualidades de la vida tiene también otro programa de radio o contactos interesantes o anécdotas sabrosas, y es que hay que cuidar el negocio sea como sea y cueste lo que cueste.
Eso sí, también hay otra regla que se aplica cuando la fuente ya está agotada y es la de sacrificar la fuente para así por lo menos aprovechar la carroña para alimentar el morbo.
No hay que rasgarse las vestiduras, en este mundillo ocurren milagros, y los cadáveres vuelven a la vida gracias a la alquimia de la resurrección mediática, y es normal, porque gente dispuesta a salir en los medios diciendo cosas increíbles no hay tantas y el negocio es el negocio.