domingo, abril 20, 2008

La Danza de la Muerte

(Fragmento de la obra de obra de Matthias Grünewald "La Crucifixión", con retoque digital).

Del siglo XIV nos ha llegado una pieza literaria llamada la Danza de la muerte.
La Danza de la Muerte es un recorrido por las distintas clases sociales, desde el mendigo al emperador y donde el personaje central, la muerte, va segando vidas formando una interminable fila de danzantes que se mueven con los estertores de la agonía.
Las Danzas de la Muerte o Danzas Macabras tenían como misión el recordar a las gentes que la muerte y sus horrores asociados eran algo de lo que nadie podía escapar.
De carácter moralizador su mensaje es simple y contundente, no importa el dinero o la edad que tengas, si eres guapo o feo, grande o pequeño, bondadoso o cruel, nada de eso importa, la muerte no se detendrá ante ninguna consideración.

Compasión y muerte son conceptos en este caso totalmente incompatibles, la muerte no puede compadecerse al ser una entidad ciega ante la ética, la moral, la autoridad, la ternura, o la belleza; su poder es el de hacer iguales a unos y a otros en un estado de fétida putrefacción.
Las Danzas de la muerte como instrumento moralizante, fueron pintadas, impresas y cantadas por casi toda Europa.
Una versión de las danzas de la muerte puede leerse aquí.

viernes, abril 11, 2008

IBBUR


Hay palabras que me resultan muy atractivas, una de ellas es Ibbur, una antigua palabra que en su escasez de letras encierra conceptos poderosos. Ibbur, la saturación del alma.

Algunos sabios cabalistas después de estudiar con meticulosidad sus escrituras llegaron a la conclusión de que por alguna razón desconocida en ocasiones el espíritu de una persona tomaba posesión del cuerpo de otra persona y le llenaba con el contacto más íntimo y perfecto que se pudiera imaginar. Como resultado, la persona que recibía a tal alma quedaba llena de sus conocimientos, sabiduría y esplendor porque generalmente esta posesión benéfica siempre era realizada por alguien de una gran evolución espiritual .

El alma que recibía a este noble invitado quedaba arrobada en la luz que emanaba y que sin duda era un pálido reflejo aún siendo tan poderosa y exquisita de la luz del creador.

Para los cabalistas, el Ibbur era algo que explicaba algunas cosas, esa palabra definía el estado de algunos místicos que habían visto y oído lo que nadie había visto ni oído nunca y que cuando intentaban explicarlo se veían tan impotentes que solo usando la poesía o las paradojas podían dar una idea a los que escuchaban su relato de lo que habían sentido.

Ibbur, la saturación del alma, se parece un poco a estar enamorado, la figura del amado llena la mente, su existencia tiñe toda percepción , se ven las cosas con el color del pensamiento del amado, se le ve en cualquier rincón, se le siente en cada gesto , mirar sus ojos es mirar el esplendor de lo mas querido, su distancia es insoportable, su cercanía una llama brillante que deslumbra, y un fresco antídoto que refresca la fiebre de su ausencia.
Es la saturación absoluta en la que dos cuerpos y dos mentes son uno y en la que todo lo que los rodea carece de sustancia, no hay otra búsqueda que la búsqueda de sus labios, manos, corazón y vida.
No hay mas peligro que el peligro de perderle.
En ese estado mirarse en un espejo es ver al amado.

Mas o menos, eso es lo que podría entenderse por el Ibbur y que solamente con las palabras y sensaciones que produce el amor puede llegar a tenerse una pequeña idea de lo que significa en otro contexto.

miércoles, abril 02, 2008

Mandalas 1


Mandala de Vajrabhairava obra de Andy Weber.



Construccion en 3D de la parte central o palacio del mandala de Vajrabhairava por Ard C

Mandala, Kilkor.

En sánscrito y en tibetano las dos palabras significan entre otras muchas cosas y dependiendo del contexto: Círculo.

Un mandala es una representación en dos dimensiones de un universo tridimensional, o de la morada de un buda o un bodhisatva.
Se especula muy a menudo sobre los efectos que produce su contemplación, y en efecto, en algunas personas el fijar su mirada en un mandala posiblemente les maree, o les relaje de la misma forma que les marearía o relajaría el fijar su mirada en un dibujo geométrico; pero esa no es la función del mandala.

El mandala es un mapa de un territorio espiritual o mental, una guía para comenzar un viaje y llegar a su culminación en el centro del mismo.

El centro es el objetivo ¿pero que hay en el centro? en el centro se encuentran representadas las mejores cualidades de uno mismo.
Así pues el viajero que decide entrar dentro del mandala, deberá saber que la entrada se encuentra en su propia mente, que será su mente la que con ayuda de la representación externa vaya creando el mandala interno, atravesará los círculos de llamas, a veces cementerios peligrosos, llegará a una de las entradas y comenzará su andadura para llegar a ese centro donde culminará su viaje tras haber reconocido los engaños mentales, las trampas del própio ego, las sutiles mentiras de la mente y sus interpretaciones engañosas, y cuando por fin llegue al centro lo que encontrará será lo mejor de si mismo, las cualidades mas sublimes:

La compasión, la sabiduría, la generosidad, la valentía...

Todas estas cualidades que no se suelen revelar espontáneamente, siempre han estado allí, ocultas por capas y capas de ideas falsas y perniciosas que no se porqué razón se nos ha dicho y hemos creído que son necesarias para la supervivencia.
Ambición, miedos, imprudencias, codicia, ira, cólera, competitividad, envidia, deslealtad etc., son cosas que no son necesarias para obtener la felicidad, usándolas puede que en principio se obtenga algún resultado satisfactorio a causa del dolor ajeno, pero a la larga solo son capas de pintura negra que ahogan la luz interior.